Reconstruyendo vidas juntas
Introducción
La Fundación Konecta entrevistó a Alida Weht, presidenta de Las Omas, una de las organizaciones ganadoras de nuestra Convocatoria Interna de Proyectos Sociales, una iniciativa anual que empodera a los empleados de Konecta alrededor del mundo para retribuir a sus comunidades locales y mejorar la vida de los más vulnerables.
Las Omas es una organización con sede en Córdoba, Argentina que desde 2011 se dedica a un cambio real para mujeres en situaciones vulnerables. En esta entrevista, Alida nos cuenta cómo comenzó todo, qué las motiva a seguir adelante y cómo el apoyo de la Fundación Konecta les está ayudando a ampliar su impacto. También nos habla sobre los desafíos a los que se enfrentan y las inspiradoras historias de transformación que hacen que todo el esfuerzo valga la pena.
¿Cuál es la historia detrás de la fundación de Las Omas?
Las Omas ONG, una organización sin ánimo de lucro, nació en 2011 con el objetivo de ayudar a madres cuyos hijos asistían al jardín de infancia y a la escuela de educación primaria de la zona. Por falta de recursos, muchas de estas mujeres no tenían dónde ir durante el horario escolar y solían terminar dispersas en la plaza pública, expuestas a la intemperie. Esto nos llevó a organizarnos como una asociación sencilla y así poder lanzar nuestro primer proyecto de apoyo y capacitación.
Tomamos prestada la cocina del salón comunitario, ubicado en el mismo espacio, e invitamos a estas mujeres a tomar un mate, conversar y comenzar a construir vínculos y reflexionar juntas.
Con el tiempo, la organización se expandió y comenzó a llegar a más personas de la comunidad: madres que asisten al Centro de Salud 84, estudiantes del IPEA N.º 4, e incluso mujeres mayores del barrio, muchas de las cuales se enfrentaban a la soledad o buscaban sentirse útiles.
Los principales catalizadores fueron: la falta de recursos económicos para que las mujeres pudieran regresar a sus hogares durante el horario escolar, la normalización de la violencia y el abuso, y una dinámica madre-hijo que limitaba a las mujeres a un único rol. Por eso creamos un espacio para recibirlas en la cocina del salón comunitario, para conversar, conectar y comenzar a explorar nuevas posibilidades para este grupo de mujeres.
¿Cuál es la historia detrás de la fundación de Las Omas?
Nuestra misión es mejorar la calidad de vida de mujeres en situación de vulnerabilidad socioeconómica, aquellas que atraviesan o han atravesado violencia de género, pobreza y exclusión social.
Lo logramos a través del acompañamiento, la educación, la capacitación en oficios y la producción de bienes y servicios. Somos una organización horizontal, liderada por mujeres y basada en la solidaridad. Trabajamos con responsabilidad, honestidad y transparencia, siempre respetando la dignidad y confidencialidad de las personas a las que acompañamos. Estos son los valores que nos guían.
¿Cuáles son los mayores desafíos al apoyar a mujeres en situaciones de vulnerabilidad?
Las Omas es una asociación civil conformada por más de 360 mujeres, todas ellas en alguna situación de vulnerabilidad económica y social. Un gran porcentaje de ellas no ha terminado la escuela, lo que limita su acceso al mercado laboral e impide que logren la independencia económica. Esta dependencia económica y falta de autonomía las coloca en una situación extremadamente vulnerable, muchas veces obligándolas a permanecer en entornos domésticos violentos.
La mayoría de las mujeres que se acercan a Las Omas buscan, inicialmente, un espacio de contención y seguridad para hacer frente a las múltiples formas de violencia que viven por el simple hecho de ser mujeres.
Nuestra labor se desarrolla en la periferia este de Córdoba, Argentina. La mayoría de las integrantes de Las Omas viven en una zona semirural y marginal que se extiende por el Camino Chacra de La Merced y los barrios aledaños. Esta tierra solía ser parte del «cinturón verde» de la ciudad, productora de frutas y verduras para los mercados locales. Sin embargo, la contaminación provocada por el mal funcionamiento de la planta de tratamiento de aguas residuales volvió insostenible la agricultura.
La zona se vió transformada por canteras que generaron lagunas y vertederos informales. Los servicios básicos son escasos o directamente inexistentes. Algunas zonas no tienen agua potable, calles pavimentadas, alumbrado público ni acceso a internet. Ninguno de los barrios cuenta con gas natural y muchos no tienen servicio de recolección de residuos. Solo una línea de autobús cubre parte de la zona, lo cual resulta insuficiente, especialmente durante el ciclo lectivo. Los servicios sanitarios son escasos y el acceso a la educación superior está extremadamente limitado porque el único autobús no llega ni al campus de salud ni a la universidad, solo al centro de la ciudad.
¿Cuáles son los logros más significativos que ha alcanzado Las Omas hasta ahora?
La respuesta de Las Omas a esta realidad ha sido ofrecer talleres y capacitaciones en oficios con el objetivo de fomentar el autoempleo, el trabajo cooperativo y el emprendimiento social. También acompañamos a las mujeres para que completen su educación primaria y secundaria, brindando material escolar y de estudio, transporte y ayuda con los trámites, fortaleciendo su confianza y su aprendizaje.
Ofrecemos acompañamiento psicológico y social, y alentamos a las mujeres a asumir mayores responsabilidades dentro de la organización. Esto les permite lograr un crecimiento personal, empoderamiento y transformación de sus circunstancias.
Creemos firmemente que las mujeres son capaces y merecen condiciones reales para tomar decisiones libres que transformen sus vidas y las de sus familias.
A lo largo de los años, hemos desarrollado 8 unidades productivas, que abarcan desde textiles y catering de eventos hasta la construcción y el reciclado. Estas unidades han generado oportunidades para más de 100 mujeres.
¿Cómo apoya Konecta a Las Omas y cuál ha sido el impacto hasta el momento?
El proyecto financiado por Konecta nos permitirá dar un paso transformador en nuestro trabajo. Nos ha posicionado de otra manera, tanto dentro de la comunidad como en relación con futuras oportunidades.
Sabemos que esta iniciativa tendrá un gran efecto en la zona: construir una vivienda ecológica utilizando materiales y mano de obra local, brindar un hogar a una familia y generar un espacio donde otras familias puedan aprender las técnicas, vivir la experiencia comunitaria y conocer los beneficios económicos y sanitarios de la construcción sostenible.
Es un proyecto hermoso y de gran alcance, estratégico, replicable y perfectamente alineado con las necesidades y el espíritu de la región y de los tiempos que vivimos.
¿Podrían compartir una historia de éxito de una beneficiaria que comenzó una nueva vida con vuestro apoyo y el de la Fundación Konecta?
Tenemos muchas historias de “éxito”. En realidad, nos gusta llamarlas “egresadas”, aunque muchas de estas mujeres continúan creciendo dentro de Las Omas.
Una que recordamos es la de Susana. Participó en un “Taller de Sueños” y se animó a comenzar a estudiar enfermería. Hoy es enfermera profesional.
Otra es Karina Fernández. Llegó a Las Omas muy tímida y con mucho miedo. Con el tiempo, se capacitó en diferentes áreas, desarrolló habilidades personales y culinarias (gracias a becas) y hoy es Instructora Práctica de Cocina y jefa de la división “Comidas Saladas” de nuestra Unidad Productiva de Catering. Además, gestiona de forma independiente un comedor que alimenta a más de 85 personas de su barrio.
Karina superó innumerables desafíos, relaciones tóxicas y violentas, y recibió formación en muchos campos que le dieron herramientas para crecer y ayudar también a otras personas a salir adelante.
¿Hay algo más importante que les gustaría compartir?
Creo que nuestro mayor desafío sigue siendo cambiar el paradigma sobre cómo la sociedad percibe a las organizaciones sociales.
Reconocemos que aún existen muchas necesidades por satisfacer y que las desigualdades deben ser atendidas con urgencia. Creemos que todos los sectores de la sociedad deben involucrarse, comprender otras realidades, empatizar con quienes no han tenido las mismas oportunidades. Queremos invitar a mirar con otros ojos, o sin filtros.
Estamos convencidas de que cuando se incluye al otro, surgen nuevas posibilidades y soluciones. Pasar de ser “beneficiaria” de un “benefactor” a formar parte de una unidad productiva sitúa a la mujer en un rol mucho más digno, activo y empoderado. Convertirse en proveedora de una empresa o institución es una forma de nivelar el terreno—desde abajo hacia arriba.